(Publicada en Revista El Pasajero - Marzo/Abril 2015 http://www.revistaelpasajero.com.ar/)
La ciudad de La Plata
siempre estuvo inundada de jóvenes. Revolucionaria desde su gestación en
diagonales, ha sido creadora de tendencias y motor de cambio social. Capital
del rock que supo acunar a personajes predilectos y entrañables como Federico Moura.
Bitácoras
del rock
Desde su nacimiento, el rock nacional, creó su identidad
propia. Argentina fue el primer país de América Latina en combinar diversos
estilos de rock and roll con elementos autóctonos. Así fue que entre 1960 y
1970 surgieron las primeras bandas. El género en desarrollo se forjó con los
ideales de la juventud naciente de
la época.
Producto
de una realidad política hostil, donde la dictadura militar de Juan Carlos
Onganía coartaba libertades y consolidaba el poder de facto, la juventud
necesitaba manifestarse. Así la música logró resumir el espíritu social
reflejado.
Las fiestas y los bailes estremecían
con el ritmo innovador del novedoso estilo musical. Entre letras propias y
covers surgían los primeros conjuntos. La ciudad de La Plata formó parte de los
albores del rock nacional. Aquí se
formaron grandes estandartes que delimitaron los distintos senderos del género.
Basta con citar nombres propios de la
escena musical como Carlos Alberto "Indio" Solari, Eduardo “Skay”
Beilinson, Federico Moura y Juan Fernando “Kubero” Díaz. Sin embargo, también
es apropiado hacer hincapié en las bandas pioneras como “Dulce Membriyo”.
“Dulce
Membriyo”
Entre fiestas del Jockey Club y La
Plata Rugby surge en 1967 “Dulce Membriyo”, conjunto integrado por Federico
Moura en bajo y coros, Luis María Canosa como vocalista, Gonzalo “Pinfo”
Garriga en guitarra y Diego Rodríguez en batería, a quienes se sumó Daniel
Sbarra en 1968. Su repertorio contaba con canciones anglosajonas de The Who y
Steppenwolf y temas de Palito Ortega como "Muchacha de Luna".
El excéntrico nombre resulta de una de
las tantas reuniones antes de ensayar. Usualmente comían dulce de membrillo, y
es allí que brota la idea de bautizar la banda pero con una diferencia, tomando
la palabra como suena, “Dulce Membriyo”.
El grupo se disuelve en 1972, y es rebautizado como "Los Dulces" con Luis María Canosa en voz,
Diego Rodríguez en batería, “Beto” Verne y el “Negro” Betendorf en guitarras y
Cirso Iseas en bajo.
Con esta nueva formación en 1973 varias de las letras de sus temas pertenecían a Carlos "Indio"
Solari. El grupo grabó un L.P. en los
estudios Phonalex bajo la producción de Billy Bond y Jorge Álvarez. Según Diego
Rodríguez "ese disco era bárbaro, cuando lo grabamos Dulce era una de las
mejores bandas argentinas". Jorge Álvarez coincide en que era un
"disco maravilloso" aunque admite que "no los quiso nadie".
Separación
y otras yerbas
A pesar del corto camino recorrido,
sus integrantes dijeron presente en grandes hitos del rock nacional. No sólo
aportaron grandiosas letras al cancionero popular, sino que también sirvieron
de musas para las nuevas generaciones. Discos de culto y maestros en la cultura
del rock.
Federico Moura funda en 1981 el
conjunto new wave llamado “Virus”, precursor
del rock postmoderno y glamoroso. Entre juegos de seducción, estética y calidad
musical supo imponerse en la primera plana. Creadora del legado que luego
tomaría Gustavo Cerati con Soda Estero, “Virus” logró consolidarse dentro del
grupo predilecto del rock nacional.
Por otro lado, Pinfo Garriga, Daniel
Sbarra y Diego Rodríguez, emprendieron una odisea por el continente europeo.
Entre guitarras y flores se aventuraron en el movimiento hippie de los 70. En Francia tocando en los subtes por algunas
monedas conocieron a Miguel Ángel Peralta, más conocido como Miguel Abuelo.
Allí Miguel les dejó un papelito con una dirección en el estuche de la viola
para citarlos ya que estaba en plena formación de un grupo musical. Lo que vino
después fueron salas de estudio, ensayos y creación de un disco de rock
psicodélico llamado Miguel Abuelo &
Nada, grabado en 1973, pero se disolverían antes de realizar la primer
gira.
Con respecto a Luis María Canosa, gran
cantante de encantadora voz, es recordado por Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota en el tema "Toxi Taxi". La canción lo
inmortaliza luego de ser víctima fatal en el Motín de los colchones de 1978 de
Villa Devoto. Cabe destacar, que El "Indio"
Solari compartía una gran amistad con Luis María. Una vez dijo que lo recordaba
como "un chico rubio, angelical, de facciones muy delicadas y pelo
largo".
Varios son los
recuerdos de esta gran banda que se impuso en el escenario local y logró trascender
en las primeras páginas del rock nacional. Entre idealismos y acordes fue
protagonista de una época dorada de la cultura
hippie y la contracultura.
Estoy aquí parado, sentado y acostado.
Me han crucificado pero todo viene igual.
No tengo nombre.
No tengo amigos.
No tengo lenguaje.
No tengo verdad.
No tengo altura.
No tengo Dios.
No tengo a nadie para llorar.
Extracto de “Estoy aquí parado, sentado y acostado” de Miguel
Abuelo en “Miguel Abuelo & Nada”
Por
Diego María Gallardo
diegomariagallardo@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario